miércoles, 3 de marzo de 2010


JUAN TUL Y LA ARDILLA

Ilustración por Jorge Luna

Cierta vez el conejo Juan Tul sostenía con las manos el techo de una cueva. Pasó la ardilla, se detuvo y al verlo en tal apuro le dijo:

—¿Qué haces Juan Tul?

—Ya lo ves, sostengo el techo de esta cueva.

—¿Estarás cansado?

—Mucho.

—Si quieres yo te ayudaré.

—Me harás un favor porque te digo que ya no puedo más.

La ardilla tomó el lugar de Juan Tul y allí se estuvo horas de horas hasta que cayó en la cuenta de que se trataba de una broma. Bajó las manos y salió de la cueva.

A los pocos día encontró a Juan Tul y le dijo:

—Me engañaste con eso de la cueva.

Juan Tul, haciéndose el sorprendido, le contestó:

—Jamás he estado en la cueva que dices. Llevo meses en este zacatal. Por cierto, estoy que me muero de cansancio. ¿Por qué no me das una mano?

—Con mucho gusto— respondió la ardilla

Juan Tul le echó encima los hatos más grandes de zacate y escapó. La ardilla se rindió bajo el peso y como pudo se escurrió y luego pensó: "Otra vez me engañó Juan Tul".

En un camino volvió a encontrar a Juan Tul y le dijo:

—Ya no me engañarás más, Juan Tul. Con este bejuco te voy a dar una paliza.

—¡Qué cosas dices! Desde niño vivo junto a este árbol. Jamás me he alejado de él. No sé, la verdad, no sé de qué me hablas.

—De todas maneras te tengo que castigar.

—¿Y por castigarme así, vas a despreciar las piñuelas que están allí?

—¿Dónde?

—¿No las ves, tonta? ¡Allí, a la orilla del camino!

Y mientras la ardilla buscaba las piñuelas, Juan Tul desapareció.

Una tarde, la ardilla tropezó con Juan Tul y le dijo:

—Oye, Juan Tul...

—Yo no soy Juan Tul. Yo acabo de salir del bosque que está del otro lado del camino.

—Entonces ¿me darás un poco de agua? ¡Vengo sedienta de tanto correr!

—¡Claro que sí! Aquí tienes mi calabazo lleno de agua. Bebe hasta la última gota, si quieres.

Sedienta como estaba, la ardilla bebió de golpe todo el contenido del calabazo y cuando tomó aliento cayó de bruces. Lo que había tomado era aguardiente. Entonces Juan Tul, muerto de risa, le dijo:

—Vieja borracha, ahora alcánzame si puedes. Y echó a correr.

El Hada de los pajaros

Cuando llega el frío al bosque los pájaros corren grandes peligros. No hay mucha comida y tienen que hacer largos recorridos para encontrarla. Tan largos que algunos se pierden, o caen agotados al suelo, sin fuerzas para seguir volando.
Es por eso que, en este tiempo invernal, las Hadas se preocupan mucho por ellos y cuando el sol empieza a ocultarse, recorren los bosques y las orillas de los lagos en busca de pajaritos perdidos o cansados para darles cobijo.
Pero hay un Hada, a quien las mamá pájaro quieren de forma especial, porque siempre está dispuesta a cuidar de los pequeños mientras los mayores buscan el alimento que necesitan.
Ella los acomoda entre sus cabellos, adornados con flores y pequeñas ramas, y deja que duerman o que jueguen hasta que sus papás regresan. Y si, por alguna desgracia, no lo hacen, cuida de ellos hasta que son lo bastante mayores para cuidarse por sí mismos.
Es mucho trabajo, pero nunca, nunca, el Hada se ha quejado.
No estoy segura de cual es su nombre, pero los pájaros la llaman Alita.

La Mariposa




En una aldea asturiana, vivió, hace mucho tiempo, un rico labrador, viudo desde hacía años, que tenía dos hijas, pero para quien sólo contaba una; Inés, que nunca se atrevió a contradecir a su padre y se casó con el novio que éste le había designado.

No pasó lo mismo con Clara, su otra hija, que a la hora de contraer matrimonio, eligió con el corazón y provocó tanta ira en su padre, que la desheredó y le prohibió acercarse a la casa donde había nacido.

Clara y su esposo vivían pasando mucha necesidad y aunque Inés deseaba ayudar a su hermana, el temor a su padre le impedía hacerlo.



Cuando el labrador murió, Inés intentó de nuevo favorecer a Clara de alguna manera pero ésta vez fue su marido quien se lo impedía. Se desesperaba viendo la pobreza de su hermana y no veía modo de remediarlo.

El día que se celebraba la misa por el alma de su difunto padre, rogó Inés con toda su alma para que Dios le permitiera encontrar la manera de favorecer a Clara y en eso estaba cuando de pronto sintió un gran peso sobre su cabeza. Levantó la mano y una mariposa se elevó en el aire. No pudo creer que fuera el pequeño insecto el que provocaba aquella sensación hasta que el fenómeno se repitió varias veces.



Al acabar la misa, le contó a su marido lo que le había pasado pero éste no le hizo el menor caso, creyendo que habrían sido alucinaciones. Sin embargo, a los pocos pasos fue el marido quien levantaba la mano hacia su cabeza por el gran peso que sentía sobre ella y quien veía elevarse una mariposa ante sus ojos.

La mariposa estaba constantemente presionando la cabeza de uno u otro de los esposos hasta que Inés insistió tanto en que era una señal que se les enviaba para que ayudaran a Clara, que su marido accedió a repartir la cuantiosa herencia de su suegro con sus cuñados.

Así se hizo y ya restablecidos cariñosamente los lazos entre las dos familias, vieron una mariposa revolotear alegremente ante ellos y luego volar muy alto, muy alto.

Hasta el Cielo.
Chupacabras
Comienzo de la leyenda en Puerto Rico
La leyenda del Chupacabras, comenzó en 1992, cuando los periódicos de Puerto Rico, El Vocero y El Nuevo Día, comenzaron a divulgar las matanzas de muchos tipos de animales diversos, tales como pájaros, caballos, y cabras. En ese tiempo era conocido como El Vampiro de Moca puesto que algunas de las primeras matanzas ocurrieron en la pequeña ciudad de Moca. Mientras que al principio se sospechó que las matanzas fueron hechas aleatoriamente por algunos miembros de un culto satánico, eventualmente estas matanzas se comenzaron a dar alrededor de la isla, y muchas granjas divulgaron pérdidas de vida animal. Las matanzas tenían un patrón en común: cada uno de los animales encontrados muertos tenían uno o dos agujeros pinchados alrededor de sus cuellos.
Algunos supuestos testigos reportaron avistar una figura pequeña color verde oscuro, alrededor de las áreas de las matanzas, dando a los reporteros y la policía, la sensación de que los chupacabras podían, en hecho, ser una figura extraterrestre; comenzando de esta forma la idea popular de que se trataría de una entidad alienígena.
Poco después de darse a conocer mundialmente las muertes animales en Puerto Rico, otras muertes animales comenzaron a ser reportadas en otros países, tales como República Dominicana, Argentina, Bolivia, Chile, Ecuador, Colombia, Perú, Brasil, El Salvador, los Estados Unidos, más notablemente en México. En Puerto Rico y México, El Chupacabras gano estatus de leyenda urbana. Las historias del Chupacabras comenzaron a ser lanzadas varias veces en los noticieros norteamericanos e hispanos a través de los Estados Unidos, y se generaron productos comerciales del Chupacabras, por ejemplo: camisetas y gorras de béisbol.
En donde más auge tuvo este fenómeno y leyenda fue en México, o al menos en el norte del país, fue en el municipio de El Álamo, en el estado de Nuevo León, ya que ahí se reportaron muchos animales muertos, en su mayoría cabras, a supuesta causa del Chupacabras. Incluso en forma sarcástica se le relacionaba con el Ex-Presidente Calos Salinas de Gortari.


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http://es.wikipedia.org/wiki/Chupacabras